Al terminar la secundaria, en el colegio de Cusco, pidió ingresar a la congregación. A los veinte años, profesó en la casa de Breña, el 24 de febrero de 1948.

Las casas de Huanta, Huancayo, Cusco, Puno y Lima Breña “María Auxiliadora” y “Santa Rosa”, contaron con su aporte. Trabajó en los Colegios como profesora de primaria, secundaria y consejera escolar; fue responsable de Oratorios, y durante ocho años, estuvo en la Escuela Normal de Puno, formando excelentes educadoras. Fue una de las pioneras de los Centros de educación inicial rurales en Puno.

En 1975, participó de la creación del Primer CENECAPE María Auxiliadora de Breña, que posteriormente se convertiría en Centro Educativo Ocupacional (CEO). Como su Directora, trabajó con gran profesionalismo para la promoción de la mujer emprendedora. Poco después, asumió como Secretaria de CARITAS Lima, donde trabajó por 15 años y formó un equipo eficaz de personas comprometidas, entre religiosos y laicos, creando redes importantes para colaborar en esos tiempos de crisis en nuestro país. Hizo realidad la esperanza para decenas de miles de familias pobres, con los primeros comedores populares de Villa El Salvador. La sensibilidad de sor Rosita llegó a los pequeños lustrabotas, canillitas, limpiacarros, carretilleros del mercado; también a personas con discapacidad y ancianos desamparados, dándoles oportunidades de superación y emprendimiento en el ambiente de familia donde ella era Madre.

Años más tarde, promovió la Casa Hogar del Niño en Chorrillos, para niños en riesgo de esa zona. Pudo ver con alegría los frutos de este trabajo: profesionales, comerciantes, trabajadores, es decir, “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.

De salud precaria, siempre perseveró en la búsqueda de nuevas maneras para ayudar a los más necesitados, incluso cuando estaba en su silla de ruedas. Tenía una gran capacidad para convocar y comprometer para hacer el bien.

Su trabajo social no pasó desapercibido y tuvo muchos reconocimentos: una condecoración del Congreso de la República, el premio Divino Maestro del Consorcio de Colegios Católicos, y el premio Minerva a la mujer emprendedora de la Municipalidad de Lima, junto a los reconocimientos por sus 40 años ininterrumpidos como educadora de las Municipalidades de Lima y de Breña.

¡Gracias por el don de tu vida, sor Rosita!