Con el trabajo arduo y generoso de Madre Inspectora Décima Roca y la Hermana Directora Sor Ester Muga que, diariamente, salían por las calles de Lima pidiendo limosna para la construcción del local, se pudo poner la primera piedra para la nueva fundación el 31 de mayo de 1915.
Las hermanas entraron a la casa el 1º de noviembre del mismo año para iniciar el Oratorio Festivo.
En febrero de 1916, se abre la Escuela de Economía Doméstica, con el fin de preparar a las jóvenes más pobres de la zona que vivían en un lamentable estado de abandono.
En el recorrido histórico que nos atrevemos a delinear, nos encontramos con tanto cariño con la presencia de hermanas identificadas con el Carisma Salesiano y el trabajo de verdadero corazón oratoriano en la escuela doméstica, la Primaria, el oratorio festivo, el programa "gota de leche" donde se atendían diariamente a 80 infantes.
En los inicios, también el proyecto "olla del pobre", con lo que se atendía a las familias necesitadas por la crisis económica y también se iba al encuentro de los refugiados desamparados de otros países. La situación era verdaderamente angustiante, y es a este lugar donde llegaron hace más de 90 años las Hijas de María Auxiliadora inspiradas por un sueño: "hacer crecer el Reino de Dios al estilo Salesiano entre los menos favorecidos", con el firme compromiso de vivir con el corazón en Dios, la confianza en la Providencia y las manos en el trabajo.
En 1956, se constituye oficialmente la Escuela con el nivel Primario y Secundario para las más necesitadas, con ayudas y subvenciones tanto de la Congregación como del Ministerio de Educación.
En 2005, el colegio parroquial se cerró por la disminución de alumnado, para dar lugar al traslado, en 2006, al Colegio por Convenio 0001 "María Auxiliadora" que funcionaba en Breña.
Hoy, luego de casi un decenio, es hermoso constatar cómo el colegio responde a las necesidades de la zona, ofreciendo, a las niñas y adolescentes, una propuesta educativa integral en clima de familia y, asumiendo, con el mismo estilo de comunicación circular y en clima de confianza, el espíritu de los orígenes, haciendo posible formar de esta manera “buenas cristianas y honestas ciudadanas”, según el corazón de Don Bosco para llevarlas con María a Jesús.
Además, desde hace un año, una nueva presencia surge en nuestra casa con audacia y ardor apostólico: la “Casita de la felicidad”, espacio que acoge por las tardes a niñas del barrio, desde los seis hasta los doce años, para acompañarlas en el proceso educativo.