El 28 de septiembre de 1891, llegaron al puerto del Callao nueve jóvenes y entusiastas Hijas de María Auxiliadora (FMA).
Sor Angela Piai, sor Luisa Pompignoli, sor Lavinia Albertini, sor Luigia Grassi, sor Marcelina Zinelli, sor Rosa De Valle, sor Teresa Tapparello, sor Elisabetta Maio y sor Luigia Ruatta, venían desde Nizza para hacerse cargo del "Instituto Sevilla", en el barrio del Rímac, donde dedicarían sus esfuerzos a las chicas más necesitadas de Lima, que vivía el periodo de la post guerra y por lo tanto de pobreza y orfandad.
El 15 de octubre de 1891, ingresaron a la casa y, el 26 de diciembre, iniciaron oficialmente la nueva misión acogiendo a niñas de 12 a 16 años, la mayoría huérfanas o desamparadas. Las Hermanas se dedicaron plenamente a las chicas y lograron que esa primera casa fuera una casa donde todas crecían, trabajaban y amaban bajo la tierna mirada de María.
Pronto, empezaron a surgir las vocaciones. En siete años, once jovencitas pidieron ingresar a las FMA. Entre ellas, sor Emilia Ottone, sor Victoria de la Torre, sor Rafaela Cáceres.
La semilla comenzaba a crecer. El primer fruto será la Casa del Callao, que marca el inicio de una etapa en la vida de la Provincia. Ahí llegan las FMA el 20 de abril de 1897: Callao fue la primera casa propia del Instituto en el Perú. Allí se forman y profesan las primeras hermanas y entregan su vida con generosidad y alegría en bien de las niñas en el oratorio, el taller y la escuela primaria.
Mientras tanto, el Arzobispo de Lima requería la presencia de nuestras hermanas también en la zona central de Lima, así, el 4 de noviembre de 1898 se da inicio a la Comunidad de la calle Belaochaga, en el centro mismo de la ciudad. Eran tiempos de mucha pobreza pero abundaba la riqueza espiritual del Ora et Labora y Da Mihi Animas Caetera Tolle. Surgen nuevas vocaciones: las Hermanas Muga, sor Estela Roldán, sor Mercedes De la Torre. En Belaochaga y el Callao, se echan las raíces de la Inspectoría Santa Rosa de Lima.