Nélida Samaniego Maraví, fma
Huancayo, 25 junio 1933 - Lima, 02 agosto 2016
Profesó en Lima- Magdalena Perú el 24 de febrero 1954
Sor Nélida fue la mayor de tres hermanas y sus padres forjaron en ella el gusto por la vida de piedad. Su mamá la consagró a la Virgen cuando era muy pequeña e inició en ella un gran amor por María que la acompañaría toda su vida. Cuenta que desde los 7 años tuvo el deseo de hacerse religiosa aunque no conocía ninguna Congregación y cuando cursaba el 3° grado de primaria ingresó al Colegio María Auxiliadora de Huancayo y le atrajo el trato amigable y familiar de las hermanas. Ya en secundaria comunicó a su papá el deseo de hacerse religiosa, pero él le pidió que primero terminara la secundaria, y así lo hizo.
El 11 de enero de 1950 se despedía para ingresar al aspirantado y lloraba, pero su mamá la animó diciendo:” Por qué lloras? Si ya estás realizando lo que siempre querías. Era feliz de reconocer la protección de María, ya que el día de su profesión se celebraba el centenario del Dogma de la Inmaculada Concepción y la canonización de Santo Domingo Savio.
Las casas de Breña María Auxiliadora, Ayacucho, Chosica, Huánuco y La Merced, fueron testigos de su caridad infinita como profesora de primaria, asistente y catequista; pero Sor Nélida debió sufrir una gran prueba que le marcaría la vida. En 1958 fue atacada por una forma de poliomelitis, que la dejó totalmente paralizada, sin embargo ella no perdió la fe y comenzó una novena personal a Laura Vicuña, lo mismo hicieron su madre y las hermanas. Al terminar la novena comenzó a mover el dedo meñique, y al año siguiente ya estaba en pie. Su salud siempre fue frágil, pero ella nunca dejó de trabajar, apoyando en la asistencia y en las labores de casa y también cuando podía dio clases de religión en la primaria.
Era una hermana de paz, siempre sonriente, no hacía notar sus limitaciones. Sencilla de corazón, gozaba con las pequeñas cosas y lo comunicaba. Tenía un trato muy agradable. Su gran amor por María la llevó a ser una excelente animadora del ADMA en La Merced, que llevaba con gran responsabilidad. Asimismo su relación con las exalumnas era de mucha cercanía, muchas la llamaban para pedirle un consejo y escuchar una palabrita.
Las últimas semanas su salud comenzó a debilitarse y se decidió trasladarla a la casa de Surco para darle un mejor tratamiento, pero Sor Nélida, ya estaba preparada para partir y así lo hizo, serenamente como vivió.